Cómo funciona la carga rápida
Muchos fabricantes empiezan ya a apostar por la carga rápida para sus dispositivos, aunque en ocasiones precisan de cargadores propietarios muy concretos y no funciona cualquiera que podamos adquirir por ahí. La razón de esto es que dichos cargadores entregan más de 5 voltios al teléfono y, de no usarse el cargador correcto, podríamos tener problemas de carga o, más fácil, no aprovechar la capacidad del propio teléfono para aceptar energía.
Quick Charge. Super VOOC, Pump Express o Dash Charge. Todas funcionan de la misma manera aunque con particularidades. Estos sistemas de carga permiten llevar energía al teléfono a más de 5 voltios, por lo que la batería se recarga mucho antes. En el mercado encontramos sistemas de carga que llegan a los 9 voltios, e incluso encontramos opciones con hasta 12 voltios. A mayor caudal de energía, menor tiempo pegados al enchufe.
Estos sistemas de carga tienen además medidas de seguridad para preservar la vida de las baterías. El más aceptado es el de cargar rápidamente una parte de la batería pero después reducir la velocidad hasta llegar al 100% de la misma. Así las baterías sufren menos estrés durante la carga y obtenemos una vida útil más prolongada. Estos procesos los controla el propio procesador del teléfono y no el cargador, de ahí que cada modelo sea compatible con un tipo de carga específico y con cantidades de energía medidas.
¿Qué es la carga inalámbrica?
Otro de los sistemas que los fabricantes han ideado para tratar de evolucionar en el apartado de las baterías es la carga inalámbrica. O tal vez deberíamos llamarla carga por contacto pues su potencia no permite que el teléfono móvil se despegue de la propia base de carga. Al menos no en los estadios de desarrollo actuales.
La carga inalámbrica consiste en que el cargador del teléfono dispone de una bobina de inducción que crea un campo electromagnético. Este campo es aprovechado por el teléfono móvil al entrar en contacto con él, de ahí la necesidad de estar pegados, y utiliza su propia bobina de inducción para recibir energía desde el cargador. O desde la base de carga, para ser más exactos.
La base de carga crea un campo electromagnético y el teléfono recibe energía a través del mismo: así funciona la carga inalámbrica
Se trata de un proceso de carga muy cómodo aunque lento, pues llega a provocar tiempos de carga de más del doble de los obtenidos con un cargador tradicional vía USB. Sin embargo, tiene ventajas tales como mejorar la estanqueidad de los móviles al restar sufrimiento al puerto USB. Este sistema necesita que el teléfono cuente con la bobina en su interior por lo que no todos los modelos son compatibles ni, por tanto, ha conseguido imponerse en la actualidad.
Pese a que hay varios estándares, el más común es el conocido como Qi. Se trata de un estándar desarrollado por el Wireless Power Consortium que es especialmente popular y que se asocia habitualmente con este tipo de capacidad. Su tecnología se ha utilizado por ejemplo en diversos smartphones de última generación pero también en soluciones originales algunas propuestas por IKEA.
Y con esto, confiamos en que tengáis información suficiente sobre las baterías de vuestros teléfonos móviles. Aunque si hemos dejado fuera algún aspecto que os interese conocer, sólo tenéis que usar los comentarios para decírnoslo o lo ampliaremos sin problemas. Cuanta más información, mucho mejor.
En Xataka Móvil | Cómo calibrar la batería de un móvil (y por qué deberías hacerlo)
Muchos fabricantes empiezan ya a apostar por la carga rápida para sus dispositivos, aunque en ocasiones precisan de cargadores propietarios muy concretos y no funciona cualquiera que podamos adquirir por ahí. La razón de esto es que dichos cargadores entregan más de 5 voltios al teléfono y, de no usarse el cargador correcto, podríamos tener problemas de carga o, más fácil, no aprovechar la capacidad del propio teléfono para aceptar energía.
Quick Charge. Super VOOC, Pump Express o Dash Charge. Todas funcionan de la misma manera aunque con particularidades. Estos sistemas de carga permiten llevar energía al teléfono a más de 5 voltios, por lo que la batería se recarga mucho antes. En el mercado encontramos sistemas de carga que llegan a los 9 voltios, e incluso encontramos opciones con hasta 12 voltios. A mayor caudal de energía, menor tiempo pegados al enchufe.
Estos sistemas de carga tienen además medidas de seguridad para preservar la vida de las baterías. El más aceptado es el de cargar rápidamente una parte de la batería pero después reducir la velocidad hasta llegar al 100% de la misma. Así las baterías sufren menos estrés durante la carga y obtenemos una vida útil más prolongada. Estos procesos los controla el propio procesador del teléfono y no el cargador, de ahí que cada modelo sea compatible con un tipo de carga específico y con cantidades de energía medidas.
¿Qué es la carga inalámbrica?
Otro de los sistemas que los fabricantes han ideado para tratar de evolucionar en el apartado de las baterías es la carga inalámbrica. O tal vez deberíamos llamarla carga por contacto pues su potencia no permite que el teléfono móvil se despegue de la propia base de carga. Al menos no en los estadios de desarrollo actuales.
La carga inalámbrica consiste en que el cargador del teléfono dispone de una bobina de inducción que crea un campo electromagnético. Este campo es aprovechado por el teléfono móvil al entrar en contacto con él, de ahí la necesidad de estar pegados, y utiliza su propia bobina de inducción para recibir energía desde el cargador. O desde la base de carga, para ser más exactos.
La base de carga crea un campo electromagnético y el teléfono recibe energía a través del mismo: así funciona la carga inalámbrica
Se trata de un proceso de carga muy cómodo aunque lento, pues llega a provocar tiempos de carga de más del doble de los obtenidos con un cargador tradicional vía USB. Sin embargo, tiene ventajas tales como mejorar la estanqueidad de los móviles al restar sufrimiento al puerto USB. Este sistema necesita que el teléfono cuente con la bobina en su interior por lo que no todos los modelos son compatibles ni, por tanto, ha conseguido imponerse en la actualidad.
Pese a que hay varios estándares, el más común es el conocido como Qi. Se trata de un estándar desarrollado por el Wireless Power Consortium que es especialmente popular y que se asocia habitualmente con este tipo de capacidad. Su tecnología se ha utilizado por ejemplo en diversos smartphones de última generación pero también en soluciones originales algunas propuestas por IKEA.
Y con esto, confiamos en que tengáis información suficiente sobre las baterías de vuestros teléfonos móviles. Aunque si hemos dejado fuera algún aspecto que os interese conocer, sólo tenéis que usar los comentarios para decírnoslo o lo ampliaremos sin problemas. Cuanta más información, mucho mejor.
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